Medina

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Ha sido una semana noticiosa…
No bastó con la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo tras la encerrona de la Mesa de Unidad Democrática, al cabo de 24 horas, llega la renuncia «solidaria» del empleado de Víctor Vargas. Enhorabuena, y quizá demasiado tarde.
Ramón José, tu te esmeraste con María Fernanda Flores en la antigua globovisión en censurar a quienes criticaban al sistema electoral, filtrabas entrevistados, y procurabas que desde el canal de Alberto Federico Ravell y Zuloaga no se hablara ni de fraude, ni de vulnerabilidad del secreto del voto. A todos a quienes te criticamos tu incestuosa relación con el principal financista del régimen los mandabas a callar con reuniones a las que no aparecías. Negabas tu relación con Víctor Vargas a pesar de que el registro nacional de contratistas te delata como empleado de Vargas en Seguros La Occidental y el Banco Occidental de Descuento.
Eras uno de los que defendía a capa y espada a los técnicos electorales como Roberto Picón, Juan Mijares, y el malandro mayor Félix Arroyo, conocidos por sus conflictos de intereses y blandengues posturas ante el CNE que resultaron en derrota tras derrota, al tiempo que Aveledo y tu con descaro le pedían «paciencia» a un pueblo con ansias de cambios.
Tu soberbia e hipocresía se hace notar en la carta de renuncia que escribiste, de la cual me permito extraer unas líneas:

Porque la política para ellos, querido Ramón Guillermo, no es campo para la creación, solución de los problemas de la gente o debate de ideas, sino lugar para el lucro, el fasto y la vanidad.

Lucro, fasto y vanidad es la que tu te das, cobrando de uno de los principales financistas del régimen, buscas echarle la culpa a otros de tus errores. Vaya sinvergüenza que eres.

Al igual que Aveledo, justificas usar el discurso gubernamental de la criminalización de la protesta al criticar las  para mantener ese status quo, ese gusto por el poder con el que te has lucrado y vaya que bastante, porque esos cheques que te pagan Vargas y Leopoldo Martínez son bien abultados.
La responsabilidad que tenías en la MUD era gigante, y dejaste que el dinero y tus intereses personales pusieran al lado las necesidades del pueblo venezolano quien ciegamente iba a votar elección tras elección para que luego tu y los de la Mesa les achacaran la culpa de sus errores.
Los que te conocen dicen que eres dicharachero, que tienes buen gusto, y cómo no tenerlo si te codeas con la más rancia boliburguesía, pero no contento con eso, te das el lujo de tomar como un chiste el encarcelamiento del preso político Leopoldo López y das a entender en público que eso no es problema de la Mesa porque el mismo se lo buscó, pasando por alto el dolor de sus familiares y lo grave que es para un país que un dirigente político sea encarcelado por protestar y exigir la renuncia del jefe de estado, para ti y la MUD eso es «radicalismo, antipolítica, es volver al Chávez vete ya». Para ti los presos políticos no son inherentes a dictaduras, y por eso aceptas junto con el resto de la MUD que los sucesos del 11A-2002 fueron un golpe de estado, argumento usado por el chavismo para encarcelar a los comisarios de la Policía Metropolitana.

Todavía recuerdo el encontronazo digital que tuvimos por la red social twitter, en la que me mentaste la madre por señalarte tus relaciones con Vargas,  y el reciente impasse que tuviste con Thor Halvorssen a quien también buscaste mandar a callar montando reuniones y siempre sin negar tu relación con tu Amo, el banquero.
Lo grave del asunto es que todavía te vamos a ver en la Mesa de Unidad Democrática defendiendo intereses de gente con la que haces negocios, porque la sociedad de cómplices es grande, el billete que mueven es mucho, pero por más poder económico que ustedes tengan, jamás van a poder detener el impulso democrático de quienes realmente estamos dispuestos desde cualquier rincón del mundo a acabar con la miseria socialista a la que el binomio MUD-PSUV ha sometido a Venezuela. Tarde o temprano el resto de tus secuaces se tendrán que apartar del poder para darle paso a quienes realmente van a reconstruir lo que quedó de este ex-país.  A lo mejor la justicia venezolana no te tocará, pero ten la seguridad que en otros países, tus amigos como Leopoldo Martínez, Víctor Vargas, Francisco D’Agostino y David Osío si los alcanzarán y como cuando el barco se hunde, las ratas son las primeras en abandonarlo, capaz y te echarán paja a ti también. Es cuestión de tiempo, si a los ladrones y asesinos comunistas del Jemer Rojo camboyano los juzgaron en su senectud, capaz a ti también, o quizá antes, lo cierto es que no habrá sitio en el que te puedas esconder de tus fechorías Ramón José, porque lo que hiciste en pro de tus intereses y negocios afectó a más de 30 millones de venezolanos, que algún día te pasaremos la factura. Tenlo por seguro.
Hasta nunca Ramón José, y ten la seguridad de que el pueblo venezolano no olvidará tu traición.

@AlbertoZambrano

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